domingo, 29 de enero de 2012

Las miradas dicen lo que los labios callan

Después de 5 meses, aún me cuesta mirarte directamente a los ojos, porque me daba mucho miedo que me miraras a la misma vez y nuestras miradas se cruzaran. Y ayer sucedió. Y me di cuenta de lo mucho que te echo en falta (si, más todavía aún). Hacía tiempo que no oía tu voz, y sinceramente, hubiera preferido seguir estando sin escucharla. No me hizo ningún bien verte. Aunque me muero de ganas por verte, cada vez que te veo el mundo se me derrumba y los días posteriores son horribles.
Creía que esto sería como una especie de terapia choque, y que enfrentándome a los miedos, conseguiría superarlos. Pero sus resultados no son del todo satisfactorios. Ahora, al menos, puedo mirarte y las piernas no me flojean al verte, pero tengo comprobado de que cada vez que te veo es como si todo comenzara de nuevo, y no vuelto a estar medianamente bien hasta que pasan algunas semanas... así que estoy comenzando a plantearme si de verdad merece la pena esta mierda de terapia de choque.
Sé perfectamente que ya no sientes absolutamente nada por mí, pero daría lo que fuera por saber lo que se te pasó por la cabeza esas milésimas de segundo en las que nuestras miradas se cruzaron.
Quizá tú si que te diste cuenta de lo que pasaba por mi cabeza, ya que como dice una frase "Las miradas dicen lo que los labios callan".

sábado, 7 de enero de 2012

¿Que falló?

Sé que no debería y que esto no me hace ningún bien, pero en esta última semana no paro de rememorar los días previos a que me dejaras, intentando encontrar que falló, que es lo que pude hacer mal para mandarlo todo al traste.
Si todo iba tan bien entre nosotros, ¿por qué de pronto tú dejaste de verme como yo te veía a ti?
Sé que no consigo nada dando vueltas a eso, lo único que hago es torturarme, ya que no voy a conseguir que vuelvas a mí. No voy a conseguir que me llames para vernos esta noche, como si nada hubiera pasado. No voy a poder abrazarte con todas mis fuerzas la próxima vez que te vea...
También sé que sería arrastrarme y dejar mi dignidad a la altura del suelo, pero me muero de ganas de decirte lo mucho que te echo de menos. Y de suplicarte que podríamos volver a intentarlo. Volver a empezar de cero. Darle un giro brusco a la relación y que no fuera igual que la anterior, que estuvo destinada al fracaso...
Quizá si cambiáramos pequeñas cosas todo iría mejor. O quizá no...
¿Por qué no puedo aceptar que se acabó?

miércoles, 4 de enero de 2012

Un paso adelante, 20 pasos atrás...

Cada vez que vuelvo a verte es como retroceder 20 pasos...
Hasta un segundo antes de verte, me sentía satisfecha conmigo misma por no pensar en ti ni echarte de menos más de lo necesario. Me sentía satisfecha por mi auto - superación.
Pero todo se fue al traste al verte. En ese momento me di cuenta de que me haces falta más que nunca. En ese momento hubiera traspasado una barrera de fuego, si con ello hubiera conseguido llegar a ti y que de pronto las cosas hubieran vuelto a ser como hace 3 meses...
Pero ni había una barrera de fuego ni hubiera cambiado nada, en el caso de existir tal barrera... Simplemente me hubiera quemado... pero ni con esas hubieras vuelto a mí.
Sin embargo, la realidad fue que tuve que tenerte unas 2 horas enfrente, y aunque todo este tiempo he evitado por todos los medios mirarte a los ojos, esta vez no pude conseguirlo... y al final te miré. Y no te imaginas lo que dolió... Esperaba que en cualquier momento me miraras, con una de esas miradas tuyas y me sonrieras... Como si todo hubiera sido un mal sueño y las cosas siguieran como siempre.
Pero ni me miraste, ni me sonreíste y la vida siguió siendo la misma mierda de siempre... o incluso peor.
Me sentó fatal verte. Te he visto ya varias veces desde aquél día en que mi vida se desmoronó, pero la última vez fue... No sé ni describirlo. No me quiero ni imaginar como me sentiré cuando te vea en brazos de otra... Si ahora mismo me quiero morir, ¿qué puede ser peor?