Después de 5 meses, aún me cuesta mirarte directamente a los ojos, porque me daba mucho miedo que me miraras a la misma vez y nuestras miradas se cruzaran. Y ayer sucedió. Y me di cuenta de lo mucho que te echo en falta (si, más todavía aún). Hacía tiempo que no oía tu voz, y sinceramente, hubiera preferido seguir estando sin escucharla. No me hizo ningún bien verte. Aunque me muero de ganas por verte, cada vez que te veo el mundo se me derrumba y los días posteriores son horribles.
Creía que esto sería como una especie de terapia choque, y que enfrentándome a los miedos, conseguiría superarlos. Pero sus resultados no son del todo satisfactorios. Ahora, al menos, puedo mirarte y las piernas no me flojean al verte, pero tengo comprobado de que cada vez que te veo es como si todo comenzara de nuevo, y no vuelto a estar medianamente bien hasta que pasan algunas semanas... así que estoy comenzando a plantearme si de verdad merece la pena esta mierda de terapia de choque.
Sé perfectamente que ya no sientes absolutamente nada por mí, pero daría lo que fuera por saber lo que se te pasó por la cabeza esas milésimas de segundo en las que nuestras miradas se cruzaron.
Quizá tú si que te diste cuenta de lo que pasaba por mi cabeza, ya que como dice una frase "Las miradas dicen lo que los labios callan".
No hay comentarios:
Publicar un comentario